«Felicidades por tu embarazo, que sepas que no vas a volver a dormir una noche seguida». Esa fue la expresión que más veces he oído durante mi embarazo.
Al principio con cierto escepticismo, ese que te da el ser embarazada primeriza, sonreía con aire condescendiente. En los últimos meses de embarazo uno de los molestias que me acompañó fue un insomnio que me hacía dormir no más de cuatro horas al día.
Siempre decía que mi hija me estaba preparando para lo que todo el mundo decía que iba a llegar. ¡Y así fue! Como si de un aviso se tratara, después de nacer a la una de la madrugada, estuvo dos horas llorando sin parar. La primera noche de su vida, decidió que si ella salía de ese sitio tan calentito y cómodo, los demás conoceríamos las consecuencias.
Después del hospital, llegas a casa con todo preparado. El precioso moisés herencia de la familia al lado de la cama, todo estaba listo para sus noches de descanso. Esas noches que tardaron dos años en llegar. Ese fue el tiempo que necesitó mi pequeñaja para empezar a dormir, alguna noche seguida. Y cuando digo alguna, me refiero a dos al mes. Las demás noches, necesita asegurarse de que mamá tiene el sentido del oído tan agudizado como cabe esperar en toda madre.
Cada vez que se despertaba, el procedimiento era el siguiente.
- Niña que llora.
- Madre que pega un brinco de la cama.
- Padre que no se despierta ni con un terremoto.
- Madre que asoma la cabeza en la cuna.
- Niña que te observa y te pide a gritos brazos.
- En otros casos, niña que tan solo se mueve y necesita que la acaricien.
- Madre que saca la teta para darle al bebé.
- Niña que se queda dormida a la teta, en el mejor de los casos.
- Niña que se desvela unas horas y decide llorar sin parar mientras padre y madres se la pasan sin saber que hacerle.
- Madre que intenta dejar a la niña en la cuna con movimientos «hipermegalentos».
- Niña que al mínimo contacto con la cuna se despierta a golpe de llanto.
Y así unas cuantas veces, todos las noches.
En otras ocasiones, sin embargo, te dabas cuenta que lo único que necesitaba la bebé era el contacto con mami. Saber que seguía ahí, para lo que hiciera falta. Una simple caricia, un roce en la frente o un beso eran suficientes para que siguiera durmiendo.
A los dos meses me di cuenta que en muchas ocasiones era yo la que la despertaba sacándola de la cuna, cuando la niña tan solo quería el contacto con mami.
Muchas de estas molestias, se abrían solucionado con una cuna de colecho. Muchas noches acababa papi en el sofá, mamá durmiendo en una esquina y la peque campando a sus anchas por nuestra cama.
Esto no era del todo cómodo, pues el miedo a echarte encima de ella sin darte cuenta no me dejaba pegar ojo. Por otro lado fue necesario poner una barrera en la cama, barrera que demostró ser insuficiente cuando la cogí al vuelo a punto de caerse por el fondo de la cama. ¿Cómo puedo moverse tanto una cosa tan pequeña?
Una cuna de colecho habría sido sin duda, la solución a muchas de nuestras noches de verbena.
¿Qué es el colecho?
Seguro que alguna vez has oído hablar del colecho, sobre todo si eres madre o padre. Colechar es compartir cama con tu hijo, el bebé en vez de dormir en su propia cuna duerme con sus padres.
Para muchas personas son numerosas las ventajas que ofrece sobre todo si se está amamantando al bebé. El niño tan solo tiene que engancharse al pecho de la madre, algo para lo que están preparados desde que nacen. Muchos lo hacen incluso, sin que la madre se entere.
De este modo se favorece el descanso del niño y del bebé. Cubrir las necesidades del niño, ya sea darle de comer, de beber o si tiene frío es algo que el colecho facilita.
Colechar es compartir cama con tu hijo.
Está demostrado que con el colecho descienden las posibilidades de que sufra muerte súbita. También está demostrado, que los episodios de apnea descienden significativamente.
Como todo hay personas que están en contra de su práctica porque en su opinión se crea una dependencia excesiva.
Cuestión de opiniones sin duda. Lo que está claro es que es una práctica común en muchas culturas y en occidente se usó hasta el siglo XIX. Hoy en día está otra vez de moda y son cada vez más las familias que se deciden por su práctica.
Si decides hacer colecho, has de tener en cuenta unas pautas que debes seguir a rajatabla para salvaguardar la seguridad del niño.
Pasos que debemos seguir para practicar colecho
El colchón debe cumplir unas pautas, no debe ser demasiado blando y debe estar plano. Los colchones demasiado blandos pueden producir asfixia en el bebé.
Si el bebé comparte cama no necesitarás abrigarlo mucho. No es lo mismo dormir pegado a mamá o a papá que hacerlo solo en una cuna.
El bebé debe dormir boca arriba y alejado de almohadas, cojines o cualquier otro objeto que pueda ahogarlo.
Todas estas ventajas las podremos tener con la cuna de colecho.
¿Qué requisitos debe tener la cuna de colecho?
Debe acoplarse a la perfección a la cama de los papás. Es necesario que queden a la misma altura y que no quede hueco entre una y otra.
La cuna debe quedar perfectamente unida a la cama de los padres, teniendo el cuenta que a medida que pasen los meses el movimiento del niño va en aumento. Aségurate que el bebé no podrá desplazar la cuna con las piernas o de cualquier otra forma.
Cuando compres una cuna para hacer colecho, asegúrate que cumple con todas las normas europeas vigentes para este producto. Existen determinadas medidas que deben cumplirse para salvaguardar la seguridad del bebé.
- Desde el lugar donde está acostado el bebé hasta la parte más alta debe haber un mínimo de 60cm.
- 25mm entre el bastidor y el somier para que el bebé no se caiga por los lados.
- 60mm como máximo entre el colchón de la minicuna y el de los padres.
Tipos de cunas de colecho
A la hora de escoger una cuna de colecho, tienes que tener en cuenta varios factores. El primero de ellos como te hemos comentado, es que cumpla con los requisitos de seguridad.
Una vez que cumple con las medidas legales, podemos escoger el modelo en función de varios aspectos
- Cuanto tiempo quieres usarla, las hay que solo valen hasta los seis meses y otras hasta los doce o más.
- El material en que están fabricadas. Puede ser tela o madera. La madera a su vez puede ser pintada o madera natural
- Sistema de anclaje. No todos son iguales, asegúrate que la cuna que escojas va a quedar bien sujeta.
- Regulable en altura. Por norma general casi todos los modelos son regulables, pero si que es cierto que unas ofrecen más posiciones que otras. No es lo mismo que sea regulable en tres alturas que en siete
- Buen plegado o no. Algunas te permiten llevarlas de viaje sin problema, con otras sería un inconveniente.
- Convertibles con el tiempo. Algunas cunas a medida que el niño crece se pueden convertir en un baúl de juguetes, o incluso en un juego de mesa y silla.
- Qué tenga balancín o no lo tenga. Esto ya va en el gusto de cada uno.
- Con ruedas o sin ellas. Las ruedas desde luego facilitan mucho el desplazamiento de la cuna. Si decides compra una con ruedas, asegúrate que los frenos que traigan sean fuertes. Si la cuna no está bien frenada puede suponer un peligro.
Diferentes modelos de cunas para colecho
Te ofrecemos algunos de los modelos que hemos podido encontrar y que más nos han gustado.
La minicuna modelo Rock Star Baby de Roba
Roba es una marca de fabricación alemana que se caracteriza por sus productos de altísima calidad y que pueden ser usados durante mucho tiempo ya que van evolucionando con el bebé.
Es el caso de esta cuna, que una vez que el niño ha crecido se puede convertir en un banco.
Con un diseño que hará las delicias de los amantes del Rock y de los que no lo son, pues tiene una estética increible.
Viene con toda la ropa de cama incluida, el edredón, la almohada y los chichoneras con un color precioso ya sea para niño o para niña.
Regulable en altura y ajustable a la cama de los papás con un enganche. Puede ser usada con ruedas o con balancín. En la parte de abajo tiene dos cestos en los que poder tener a mano todo lo que podemos llegar a necesitar.
Next2Me Dream de Chicco
Se puede usar hasta los seis meses aproximadamente, soporta nueve kilos de peso como máximo.
Es quizás una de las que más posiciones de ajuste tiene, hasta once posiciones para poder adaptarla a cualquier cama.
Los laterales están realizados en rejilla para que el bebé pueda establecer contacto visual con el exterior. Uno de los lados además es más bajo para poder acceder al bebé con facilidad. Es uno de los modelos más ligeros, con 10 kg de peso pone fácil el poder moverla.
Cuna de colecho Star Ibaby
Fabricada en madera incluye dos chichoneras, el colchón, el edredrón con relleno y una almohada.
Se puede usar como cuna de colecho o como moisés ya que la balda lateral se quita y se pone. Se puede usar también como cuna de viaje ya que es de fácil montaje.
Las ruedas permiten su movilidad sin problema alguno y sus múltiples puntos de regulación en altura la hacen adaptable a cualquier tipo de cama.
Pinolino 121612M Janne
Válida para niños hasta los 12 meses, está fabricada en madera de abeto.
El somier tiene cinco posiciones de altura, está fabricado en un material que garantiza el descanso del niño.
Con una estética divina, es una cuna para los amantes de los diseños clásicos sin renunciar a las posibilidades de hoy en día.
El único inconveniente de esta marca, líder en la fabricación de mobiliario y todo tipo de accesorios para el bebé es que las medidas del colchón son un poco raras. Esto hace que encontrar ropa para vestirla resulte complicado. Para ello la propia marca te ofrece variedad y multitud de modelos.
Otras cunas de colecho recomendadas
En estas propuestas hemos tratado de abarcar aquellas que se pueden adaptar a todos los gustos y preferencias. Si ninguna de ellas te ha convencido o todavía quieres consultar más modelos te ofrecemos a continuación un listado para que puedas seguir investigando.
