En el mundo de Xiaomi una de las familias de móviles que más han gustado desde siempre han sido los Mi Max. Su punto diferenciador es sin lugar a duda el gran tamaño de estos terminales, que se situaban un paso por detrás de las tablets pequeñas.
Las dos primeras generaciones de la familia rondaban las 6.5 pulgadas, cuando lo normal por aquella época eran las 5.5 pulgadas. Con la llegada del Xiaomi Mi Max 3 su tamaño creció hasta las 6.9 pulgadas. El problema y quizás la razón de la decisión de Xiaomi para hacer desaparecer esta familia es que en la actualidad los móviles ya tienen tamaños lo suficientemente grandes como para que el Mi Max tenga sentido de ser. Crear un Mi Max 4 de un tamaño que en la actualidad es un estándar no le daría ese punto diferenciador que en años anteriores tenía y hacerlo más grande lo convertiría en una tablet.
Otra característica que hacía diferente a los Mi Max era su batería, llegando a incorporar en su última versión una carga de 5.500 mAh que le daba una autonomía de varios días.
En lo referente a la potencia los Mi Max estaban en un punto medio, buscando más la experiencia de un gran tamaño y dejando apartada la velocidad.
Al final Xiaomi se ha decantado por dar prioridad a otro tipo de productos donde lo que importa es la potencia, la fotografía y un precio bajo. Un mercado donde los Mi Max parece que ya no encajan. Una pena, pero es lo que hay.
